Huesos de repuesto
Los trasplantes de tejido óseo no presentan problemas de tipo inmunológico
GONZALO CASINO - Madrid - 12/03/1988
Los huesos humanos son uno de los recambios que un organismo deteriorado puede encontrar en otro sano. Frente a las dificultades que plantean otros trasplantes, como el de corazón o el de hígado, el implante de huesos no presenta problemas inmunitarios, porque lo que se introduduce es un tejido muerto: el mineral óseo. Desde la creación de los primeros bancos de huesos, en 1984, se han realizado en España varios centenares de injertos.
La mejor solución ante la imposibilidad de recomponer un hueso dañado irreversiblemente es sustituirlo por otra pieza humana. Del centenar de injertos realizados en el Hospital Universitario de San Carlos, de Madrid, más del 80%, han resultado satisfactorios y han solucionado el problema óseo del enfermo, según se ha puesto de manifiesto en el I Memorial sobre Bancos de Huesos y Trasplantes Osteocartilaginosos, celebrado recientemente en este centro pionero.Aunque se utilizan indistintamente los términos trasplante e injerto, López-Durán, jefe del servicio de Traumatología y Ciruigía Ortopédica del Hospital Clinico San Carlos, establece la diferencia entre un injerto óseo y un auténtico trasplante, basándose en que sólo se emplea hueso vivo en el segundo caso. "En este sentido, ni aquí ni en ningún sitio se hacen trasplantes; hacemos injertos", matiza.
Y es que el hueso, que se mantiene congelado a muy bajas temperaturas (en un futuro próximo las piezas se conservarán a 170º bajo cero, gracias al empleo de nitrógeno líquido), se convierte en un tejido muerto. Así, se consigue un almacenamiento indefinido y se elimina la posibilidad de rechazo del injerto (hasta ahora no se ha descrito ninguno). El enfermo receptor, por tanto, no precisa de tratamiento inmunosupresor, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los trasplantes.
Los injertos óseos se practican en la actualidad, según López-Durán, de tres formas. La primera es como material de relleno (grumos, tacos o cuñas) en cavidades óseas tras la cirugía tumoral, en fracturas con destrucción ósea importante y en los fracasos de prótesis implantadas previamente. "Éstas son las situaciones clínicas más frecuentes en nuestra práctica diaria y que ofrecen unos resultados más alentadores", señala López-Durán.
Los otros dos tipos son el injerto osteocartilaginoso -"más próximo al trasplante"-, en lesiones articulares muy delimitadas, especialmente en la rodilla de gente joven, y la sustitución parcial o total de huesos concretos, en caso de tumores óseos o de grandes destrucciones óseas tras retirar repetidamente una prótesis. Sobre este último tipo de cirugía añade que "es el más espectacular, pero también el menos frecuente", y que "es el campo de mayor futuro y de resultados menos conocidos en la actualidad".
Rodilla completa
El trasplante de hueso vivo sería, en opinión de López-Durán, la "meta ideal", pero para eso "habrá que esperar". "El trasplante de una pierna entera", señala, "sería quizá más fácil, porque la sutura de los vasos y nervios de mayor calibre es más sencilla".A lo más que se había llegado era al recambio de media rodilla, es decir, a la sustitución de una de las dos partes de la articulación. El trasplante completo de rodilla fracasaba por la defectuosa vascularización o inervación. Sin embargo, recientemente se ha dado a conocer el primer trasplante de rodilla completa, realizado con éxito, en Estados Unidos, a una mujer de 32 años que tenía un tumor de rápido crecimiento en una rodilla.
La misión de un banco de huesos, al igual que ocurre con otros órganos o tejidos, es acumular material suficiente para poder realizar los injertos que los enfermos vayan demandando. En sínteis, un banco de huesos no es más que una simple nevera donde se conservan todo tipo de piezas óseas dentro de frascos estériles, a una temperatura que ronda los 700 bajo cero. El del Hospital Universitario de San Carlos, en Madrid, fue el primero que se creó en nuestro país -hace ahora tres años-, tras la entrada en vigor de la ley de Trasplantes.
Luis López-Durán aclara que "se trata del primer banco de huesos moderno, porque ya hubo otros a principios de los años cincuenta en el Hospital Provincial de Madrid y en el Instituto de Hematología y Hemoterapia". Entonces no se disponía de los actuales congeladores y las piezas se almacenaban con conservantes químicos, que no garantizaban la suficiente asepsia, por lo que desaparecieron.
Donantes
Actualmente hay bancos similares en varias ciudades como Barcelona, Valencia, Sevilla y Gijón entre otras. "En este corto período de tiempo", señala López-Durán, "el nivel alcanzado en España en este tipo de cirugía es comparable al de los países más avanzados".El material óseo acumulado en un banco ha venido a remediar la necesidad de extirparle pequeños fragmentos de hueso al mismo paciente para implantárselos en otro sitio; además, supone un importante reservorio de piezas para recambios más amplios. El origen de estos huesos, aunque diverso, está menos difundido y el posible donante muchas veces ni siquiera se conoce como tal.
La fuente más habitual de hueso, según López-Durán, son las cabezas femorales que se extirpan a las personas que han sufrido una fractura de cuello de fémur o son sometidas a la implantación de una prótesis de cadera por artrosis. Menos frecuentes son las piernas que se amputan por enfermedades vasculares y las piezas esqueléticas completas extraídas de los donantes multiorgánicos en situación de muerte cerebral.
"El desarrollo futuro prevé la obtención de estas mismas piezas esqueléticas completas a partir de donantes . Estos son sometidos a los controles y se descartan aquellos que han padecido enfermedades tumorales o del metabolismo que alteren la estructura o características mecánicas del hueso", afirma Luís López-Durán.
Por el temor de los familiares
Es insuficiente la donación de huesos
Sólo el 30% de las personas que aceptan donar sus órganos también lo hace con sus elementos óseos
· En el país sólo existen siete bancos de huesos, y dos en desarrollo
· Los principales beneficiarios de estos trasplantes son los que padecen tumores óseos
Jueves 18 de enero de 2001 Publicado en edición impresa
Caminar es hoy, para Ricardo, sencillamente un milagro.
Hace seis años, cuando los médicos le diagnosticaron un tumor óseo en la rodilla izquierda y le advirtieron que probablemente deberían amputar parte de la pierna afectada, se enfrentó con la posibilidad de no volver a caminar sin ayuda.
Pero afortunadamente aquella drástica intervención no fue necesaria: los médicos tan sólo extrajeron la parte afectada y luego reconstruyeron la región con hueso proveniente de un donante. El cambio de planes, posible gracias a la disponibilidad de la pieza ósea utilizada, rindió sus frutos: hoy Ricardo camina sin problemas, sintiendo la tierra debajo de sus pies.
Pero su caso no es el único. Así como hoy en la Argentina muchos esperan un corazón o un riñón, cuyo trasplante les permita ahuyentar la amenaza de una muerte inminente, también hay personas que esperan un trasplante de huesos. Y en esta espera no sólo se juega la calidad de vida del paciente, sino también su integridad física.
"Donar los huesos permite, como en el caso citado, evitar la amputación de un miembro en una persona que padece un tumor óseo -afirma el doctor Víctor Francone, director del Banco de Huesos que funciona en la División de Ortopedia y Traumatología del hospital Alvarez-. El problema es que actualmente no se satisface la demanda porque es muy reducido el porcentaje de donantes de órganos que también dona sus huesos."
Por eso existen las listas de espera de huesos. Según este especialista, presidente de la Asociación Argentina para el Estudio de la Cadera y la Rodilla (Acaro), para poder satisfacer la demanda de huesos para trasplante en la Argentina al menos el 80% de las personas que donan sus órganos debería donar también sus huesos.
Sin embargo, tan sólo el 30% de los argentinos que donan sus órganos también donan sus huesos.
Cuestión de familia
"Cuando una persona expresa la voluntad de donar sus órganos, la ley vigente le permite que dicha voluntad de convertirse en donante abarque todos sus órganos y tejidos (huesos incluidos) o que discrimine cuáles son los que quiere donar y cuáles no", explica la doctora María del Carmen Bacqué, directora del Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implante (Incucai).
Según la doctora Bacqué, el 95% de las personas que expresa su voluntad de donar los órganos "le dice sí a todo".
¿Por qué es tan bajo entonces el porcentaje que efectivamente dona los huesos? "Se debe a que los familiares del donante temen que estos procedimientos hagan peligrar la integridad del cuerpo -responde-; además, los órganos y tejidos como las córneas, la piel y los huesos se hallan estrechamente identificados con la imagen de la persona."
"Hoy por hoy es muy común donar el corazón o el hígado, pero la familia de una persona que acaba de morir tiene miedo de que al donar sus huesos ésta quede desfigurada -agrega el doctor Francone, dispuesto a desterrar los temores injustificados-. Sin embargo, es importante que la gente sepa que cuando se extraen los huesos de un donante cadavérico se los reemplaza con elementos sintéticos de igual tamaño y forma.
"El respeto por la integridad física del donante es no sólo moral, sino también estético", asegura Francone.
Es importante aclarar que por más que una persona haya expresado previamente su voluntad de donar los órganos, llegado el momento son sus familiares los que tienen la última palabra. Para asegurar que la voluntad de donar los huesos de una persona sea respetada, la doctora Bacqué recomienda que cada persona "comparta esta decisión con sus familiares, de modo tal que éstos se constituyan en los garantes que permitirán que su decisión sea respetada".
Los que siempre dan el sí
"Durante mucho tiempo, antes de contar con bancos de huesos en el sector público, teníamos que importar huesos de los Estados Unidos; esto es algo que en algunos casos especiales se sigue haciendo-cuenta Francone-. Y si bien los huesos no se pueden comercializar, los gastos que implica traerlos al país hacen que el costo de una pieza sea diez veces mayor que lo que cuesta hacer todo el procedimiento acá."
Actualmente, la Argentina sólo cuenta con siete bancos de huesos (seis en la ciudad de Buenos Aires y uno en La Plata), mientras que hay otros dos bancos en trámite para su habilitación (uno en Córdoba y otro en Rosario).
Pero volviendo al tema de los donantes, vale aclarar que los bancos de huesos también pueden recibir piezas óseas provenientes de donantes vivos.
"Nuestro banco se nutre fundamentalmente de cabezas de fémur que se les extraen a los pacientes a los que hay que colocarles articulaciones artificiales", cuenta el doctor Gerardo Solá, coordinador del Banco de Huesos del Hospital Británico.
A diferencia de lo que ocurre con los familiares de un donante cadavérico, "cuando el médico le informa al paciente que ese hueso que se le extrajo en una cirugía en vez de ser descartado puede seguir funcionando en otro ser humano, el paciente acepta donar -comenta el doctor Solá-; no hemos tenido nunca una negativa".
Un procedimiento seguro
¿Cuál es el uso que se les da a estas piezas óseas? "Son utilizadas en cirugías reconstructivas", responde el doctor Francone.
"Y hay un montón de causas por las cuales una persona puede necesitar un trasplante de hueso; la extracción de un tumor óseo que obliga a reconstruir la región no es la única -agrega el doctor Solá-. Cuando en algún accidente la persona pierde hueso o cuando una prótesis produce su desgaste son algunas de las indicaciones más importantes."
"En estos casos, utilizar las piezas óseas de banco de huesos en vez de prótesis metálicas nos permite realizar una reconstrucción mucho más biológica -señala el doctor Francone-; la ventaja de utilizar piezas óseas radica en que se ha demostrado que con el tiempo éstas son incorporadas y el hueso vuelve a su estado original."
Pero para que los huesos puedan ser considerados aptos para el trasplante es necesario cumplir con una serie de medidas internacionales de bioseguridad. "Una vez extraído el hueso, se realiza una serie de análisis (serológicos y anatomopatológicos) que nos permiten determinar si el trasplante de la pieza no implica el riesgo de contagio de enfermedades", cuenta la doctora Malba Saffe, subdirectora del Banco de Huesos del hospital Alvarez. "De todos modos, nosotros irradiamos todas las piezas con pequeñas dosis de energía atómica para de este modo esterilizarlas y evitar cualquier peligro de contagio", completa la doctora Saffe.
RIO NEGRO 18-05-2007 Diario Río Negro
El Hospital de Cipolletti hará implantes óseos
El hospital de Cipolletti sumó una nueva prestación de complejidad. Fue avalado por el Incucai para realizar injertos de hueso provenientes de bancos habilitados. Es la segunda institución pública rionegrina en obtener la aprobación.
Eduardo Cipitria es el profesional responsable de las intervenciones. Informó que ya hay dos pacientes en espera para recibir un implante óseo. Lo que resta es esperar que llegue el material que fue adquirido en el banco del hospital Italiano de Buenos Aires. Explicó que los injertos se utilizan para reconstruir parte de huesos que están dañados. Los motivos más comunes están relacionados con los accidentes, el uso prolongado de prótesis o tumores que afectan la estructura ósea de las personas. El plantel profesional del servicio de Traumatología y Ortopedia está conformado por Cipitria, Oscar Franchi, Gustavo Breglia y Néstor Sandi. Los dos primeros fueron los encargados de destacar la importancia de este reconocimiento porque le permite al hospital público "brindar una prestación al mismo nivel que los privados". Además porque no sólo beneficiará a los cipoleños sino a todos los pacientes del área de influencia del nosocomio. El objetivo de los médicos es lograr que el hospital cuente con un banco de huesos, esto permitiría agilizar la respuesta a los pacientes que requieren este tipo de prácticas y brindar un marco de "mayor tranquilidad" sobre el material que se está utilizando. El mayor obstáculo para lograr el objetivo es el costo que tiene su puesta en marcha. "Un banco de este tipo es muy caro no sólo desde el punto de vista tecnológico que se necesita para habilitarlo sino también porque requiere de personal especializado y permanente", explicaron. Para que la idea prospere, los profesionales consideraron que una de las alternativas es lograr un acuerdo entre las provincias patagónicas que permitan su financiación. En Argentina, los bancos de huesos están en Buenos Aires, Córdoba y Rosario. El servicio de Traumatología y Ortopedia del hospital comenzó a obtener relevancia desde el 2005 cuando la institución decidió la contratación de nuevos profesionales. Hasta el 2004 se realizaban, anualmente, unas 50 cirugías de baja complejidad. Un año después el número se elevó a 252, cifra que se mantuvo en 2006. El crecimiento también se manifestó en la complejidad de las prestaciones: se adquirió tecnología de avanzada y se sectorizó el servicio por subespecialidades. Como dato de relevancia, se informó que en el hospital se implantó la primera prótesis de tobillo de la Patagonia y adelantaron que en agosto será el primer hospital de la provincia en tener una residencia en Ortopedia y Traumatología.